Miguel Hernández Gilabert (1910 - 1942)
MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942).
Poeta y dramaturgo.
Tercer hijo de los siete que tuvieron
Miguel Hernández Sánchez y Concepción Gilabert, y el segundo varón. Su familia
se dedicaba a la cría de ganado caprino, lo que motivó que se trasladaran de la
casa donde Miguel nació a una más grande y acorde con el
negocio familiar, ubicada en las afueras. Su padre
aspiraba a ascender socialmente y su madre era una mujer enfermiza que padecía de bronquitis crónica lo que la llevaba a guardar cama con frecuencia.
Miguel fue
pastor de cabras desde muy temprana edad. Fue escolarizado desde 1915 hasta
1916 en el centro de enseñanza Nuestra Señora de Monserrat y de 1918 a 1923
recibió educación primaria en las escuelas del Amor de Dios. En 1923 pasa a
estudiar el bachillerato en el colegio de Santo Domingo de Orihuela, regentado
por los jesuitas, los que le proponen para una beca con la que continuar
sus estudios, que su padre rechaza. En 1925 abandonó los estudios por orden
paterna para dedicarse en exclusiva al pastoreo. Mientras cuidaba el rebaño,
Hernández leía con avidez y escribía sus primeros poemas.
Por entonces,
el canónigo Luis Almarcha Hernández inició una amistad con Hernández
y puso a disposición del joven libros de San Juan de la Cruz, Gabriel
Miró, Paul Verlaine y Virgilio entre otros. Sus visitas a la biblioteca pública
eran cada vez más frecuentes y empezó a formar un improvisado grupo literario
junto a otros jóvenes de Orihuela en torno a la tahona de su amigo Carlos
Fenoll. Los principales participantes en aquellas reuniones eran, además de
Hernández y del propio Carlos Fenoll, su hermano Efrén Fenoll, Manuel
Molina, y José Marín Gutiérrez, futuro abogado y ensayista que posteriormente
adoptaría el seudónimo de Ramón Sijé y a quien Hernández dedicó su célebre Elegía.
Desde ese momento Ramón Sijé se convirtió no solo en su amigo, sino también en
su compañero de inquietudes literarias.
Los libros
fueron su principal fuente de educación, convirtiéndose en una persona
totalmente autodidacta. Los grandes autores del Siglo de Oro: Miguel de
Cervantes, Lope de Vega, Pedro Calderón de la Barca, Garcilaso de la Vega y,
sobre todo, Luis de Góngora, oficiaron como sus principales maestros.
El 25 de marzo
de 1931, con tan sólo 20 años, obtuvo su primer y único premio literario
de su vida concedido por la Sociedad Artística del Orfeón Ilicitano con
un poema de 138 versos llamado Canto a Valencia, bajo el lema Luz...,
Pájaros..., Sol... El tema principal del poema era el paisaje y las
gentes del litoral levantino, en el que destacaba el mar Mediterráneo, el
río Segura y las ciudades de Valencia, Alicante, Murcia y, en
mayor medida, Elche. Cuando Hernández recibió la notificación de la consecución
del premio, se apresuró a viajar a la ciudad ilicitana creyendo que recibiría
un premio económico, pero fue acreedor tan sólo de una escribanía de
plata.
Debido a la
reputación que logró gracias a las publicaciones en varias revistas y diarios,
el 31 de diciembre de 1931 viajó a Madrid, buscando consolidarse en la
escena, acompañado de unos pocos poemas y recomendaciones. Introducido por Francisco
Martínez Corbalán, las revistas literarias La Gaceta Literaria y Estampa lo
ayudaron a buscar empleo, pero el intento no fructificó y se vio obligado a
volver a Orihuela el 15 de mayo de 1932. No obstante, dicho viaje tuvo gran
importancia, al permitirle conocer de primera mano la obra de la generación
del 27, así como la teoría necesaria para la composición de su obra Perito
en lunas.
En 1933 se
publicó Perito en lunas, su primer libro. Hernández fue invitado a
hacer lecturas de su obra en la Universidad de Cartagena, y en el Ateneo de
Alicante el 29 de abril de 1933.
Tras aquel
prometedor comienzo marchó a Madrid por segunda vez para obtener trabajo, esa
vez con mejor fortuna pues logró ser nombrado colaborador en las Misiones
Pedagógicas. Más tarde le escogió como secretario y redactor de la enciclopedia Los
toros su director y principal redactor, José María de Cossío, que
se convirtió en su protector y más ferviente sostenedor de su obra. Colaboró
además con asiduidad en Revista de Occidente y mantuvo una tórrida
relación con la muy liberada pintora Maruja Mallo, juntos planearon el drama Los hijos de la piedra, inspirado en los sucesos de Casas Viejas y Asturias. Se presentó a Vicente Aleixandre e hizo
amistad con él y con Pablo Neruda; este fue el origen de su breve etapa
dentro del surrealismo. Su
poesía por entonces se hace más social y manifestó a las claras un compromiso
político con los más pobres y desheredados. En diciembre de 1935 murió su
fraternal amigo de toda la vida, Ramón Sijé, y Hernández le dedicó su
extraordinaria Elegía, que provocó el difícil entusiasmo de Juan
Ramón Jiménez en una crónica del diario El Sol.
Al estallar la Guerra
Civil, Miguel Hernández se alistó en el bando republicano. En el verano de
1936 también pasó a formar parte del Partido Comunista de España. Hernández
figuró en el 5º Regimiento y pasó a otras unidades en los frentes de
la batalla de Teruel, Andalucía y Extremadura. En plena guerra, logró
escapar brevemente a Orihuela para casarse el 9 de marzo de 1937 con Josefina
Manresa. A los pocos días tuvo que marchar al frente de Jaén. En el verano
de 1937 asistió al II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas
celebrado en Madrid y Valencia, donde conoció a César Vallejo. Más tarde
viajó a la Unión Soviética en representación del gobierno de la República, de
donde regresó en octubre para escribir el drama Pastor de la muerte y
numerosos poemas recogidos más tarde en su obra El hombre acecha.
En diciembre de 1937 nació su primer hijo, Manuel Ramón, que murió a los pocos
meses y a quien dedicó el poema Hijo de la luz y de la sombra y
otros recogidos en el Cancionero y romancero de ausencias. En enero
de 1939 nació su segundo hijo, Manuel Miguel, a quien dedicó las
famosas Nanas de la cebolla. Escribió un nuevo libro: Viento
del pueblo. Destinado a la 6ª división, pasó a Madrid.
En abril de
1939, concluida la guerra, ya se había terminado de imprimir en Valencia El
hombre acecha. Aún sin encuadernar, una comisión depuradora franquista, presidida
por el filólogo Joaquín de Entrambasaguas, ordenó la destrucción completa
de la edición. Sin embargo, dos ejemplares que se salvaron permitieron reeditar
el libro en 1981.
Su amigo
Cossío se ofreció a acoger al poeta en Tudanca, pero este decidió volver a Orihuela.
Pero en Orihuela corría mucho riesgo, por lo que decidió irse a Sevilla pasando
por Córdoba, con la intención de cruzar la frontera de Portugal por Huelva.
La policía de Salazar, dictador fascista de Portugal, lo entregó a la Guardia
Civil.
Cuando estaba
en prisión, su mujer Josefina Manresa le envió una carta en la que mencionaba
que sólo tenían pan y cebolla para comer; el poeta compuso en respuesta las Nanas
de la cebolla. Desde la cárcel de Sevilla lo trasladaron al penal de
la calle Torrijos en Madrid (hoy calle del Conde de Peñalver), de donde,
gracias a las gestiones que realizó Pablo Neruda ante un cardenal,
salió en libertad inesperadamente, sin ser procesado, en septiembre de 1939.
Vuelto a Orihuela, fue delatado y detenido y ya en la prisión de la plaza del
Conde de Toreno en Madrid, fue juzgado y condenado a muerte en marzo de 1940. José
María de Cossío, y otros intelectuales amigos, entre ellos Luis
Almarcha Hernández, amigo de la juventud y vicario general de la Diócesis
de Orihuela (posteriormente obispo de León en 1944), intercedieron por él y se
le conmutó la pena de muerte por la de treinta años de cárcel. Pasó a la
prisión de Palencia en septiembre de 1940 y en noviembre, al penal de Ocaña
(Toledo). En 1941, fue trasladado al Reformatorio de Adultos de
Alicante, donde compartió celda con Buero Vallejo. Allí enfermó: padeció
primero bronquitis y luego tifus, que se le complicó con tuberculosis. Falleció
en la enfermería de la prisión alicantina a las 5:32 de la mañana del 28
de marzo de 1942, con tan sólo 31 años de edad. Se cuenta que no pudieron
cerrarle los ojos, hecho sobre el que su amigo Vicente Aleixandre compuso
un poema. Fue enterrado en el nicho número mil nueve del cementerio de Nuestra
Señora del Remedio de Alicante, el 30 de marzo.
Sus restos
fueron exhumados en 1984 debido a la muerte de su hijo Manuel Miguel Hernández
Manresa el mismo año. Aquella exhumación causó gran revuelo entre un grupo
reducido de seguidores de Hernández, que se agolparon el día del entierro del
hijo, llegando a besar su calavera o intentar robar un hueso. El ataúd fue
preservado para exponerlo en la Casa – Museo de Miguel Hernández de
Orihuela.
En diciembre
de 1986, los restos de ambos fueron trasladados a un terreno cedido por el
Ayuntamiento de Alicante ubicado en el mismo cementerio y en febrero de
1987 fue enterrada junto a ellos la que fuera esposa de Miguel Hernández, Josefina
Manresa.
En febrero de
2011, la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo de España denegó la
posibilidad de un recurso extraordinario de revisión de la condena
solicitado por la familia, al considerar que la misma fue impuesta por motivos
ideológicos o políticos y que ya quedó anulada con la Ley de Memoria
Histórica aprobada durante el Gobierno de J.L. Rodríguez Zapatero, que
declaró este tipo de condenas como radicalmente injustas e ilegítimas.
Hijo
predilecto de la provincia de Alicante e hijo adoptivo de la ciudad de Murcia.
Poesía: Perito en lunas (1933), El rayo que no cesa (1936), Viento del pueblo (1937), Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941), El hombro acecha (1939), Andaluces de Jaén (1937). Teatro: Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras (1933), El torero más valiente (1934), Los hijos de la piedra (1935), El labrador de más aíre (1937), Teatro en la guerra (1937).
Calle Miguel Hernández: Distrito Sur - Barrio San Vicente Paul
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