Emilio Cebrián Ruíz (1900 - 1943)






EMILIO CEBRIÁN RUÍZ (Toledo, 30 de junio de 1900 - Liria, 3 de octubre de 1943)
Compositor español de temas populares (pasodobles, himnos, marchas...).


De padre hojalatero y familia con escasos recursos económicos; dadas las buenas dotes y aplicación de Emilio, desde pequeño asiste con un grupo de niños a una academia de música cuyo director, José Blanco -que también lo es de la banda de Torrijos-, advierte en Cebrián notables aptitudes para el arte de la música. Más tarde, sus padres acceden al  ingreso como "educando" en la banda de música de la Academia de Infantería de Toledo, obteniendo al poquísimo tiempo la plaza fija como "músico de segunda" en la categoría militar de requinto –especie de clarinete-. El entonces maestro de capilla de la Catedral Primada de Toledo, Francisco Saizar Victoria, contribuyó asimismo a su formación musical, al tiempo que iba cursando sus estudios de piano y armonía en el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, con excelentes calificaciones. En breve ingresa como clarinete en la orquesta del Teatro Municipal de Rojas. Era la época dorada de las zarzuelas por entonces e iba a ser presentada La leyenda del monje, de Ruperto Chapí, en dicho liceo toledano, obra de difícil montaje y por tanto raras veces se suele representar. Se dio la circunstancia de que el maestro concertador, Antonio Medina, cayó repentinamente enfermo por lo que Cebrián, ni corto ni perezoso, tomó las riendas de la dirección y montaje con arte y maestría, salvando así de apuros a la orquesta y a toda la compañía del Rojas, siendo la representación escénica y artística un éxito rotundo por lo que, inmediatamente, fue nombrado Director-Concertador desde aquel mismo día.

El maestro Cebrián guía sus pasos hacia la famosa Banda del Real Cuerpo de Alabarderos, de Madrid, cuyo director, Emilio Vega, le da unas clases tan sólo una vez por semana y al vislumbrar su talento musical no solamente le apoya y anima como intérprete, sino que le inicia a componer obras para banda que en poquísimo tiempo amplía, creando el boceto sinfónico En el zoco toledano (arabescas) que fue dado a conocer bajo la dirección del ya célebre por sus zarzuelas, Jacinto Guerrero, en ocasión de estar celebrando en Toledo una de sus giras artísticas. De aquella primera época data también el estreno de Evocación, marcha española que llegó a constituir un éxito notable y que todavía se sigue representando entre la mayoría de las bandas nacionales y extranjeras.

Llega para Emilio Cebrián el momento que podría llamarse culminante en su carrera artística. En el año de 1926, la Banda Municipal de Talavera de la Reina se encontraba en trance de desaparecer, por lo que se convocó por iniciativa del alcalde, Justiniano López Brea, un concurso de méritos para cubrir la plaza de director que ganó un joven músico: Emilio Cebrián Ruiz.

Por entonces se convoca en Toledo capital un interesante Concurso Regional de Bandas de Música, con motivo de las fiestas patronales.

La obra obligada era El huésped del sevillano, del maestro Guerrero. Antes de presentarse al concurso de Toledo, el maestro Cebrián decide hacer un ensayo general en Talavera, como esperando la aceptación unánime de la ciudad cuya banda va a optar al Primer Premio de Toledo. Y celebra un gran concierto en pleno campo de fútbol de Santa Clotilde, con gran afluencia de talaveranos, obteniendo un éxito triunfal.

El día del desfile de las bandas participantes, la plaza de Zocodover es una auténtica fiesta y la Banda Municipal de Talavera de la Reina causa sensación. Su presentación es impecable; uniformes nuevos, nueva instrumentación ganando el Primer Premio.

A partir de entonces, la fama y éxitos del maestro toledano se suceden. La reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, se interesa vivamente por sus composiciones y diversas casas editoriales españolas empiezan a solicitarle. 

De despedida de su Talavera del alma crea, inspirado, el himno Gratitud como más tarde compondrá, con idéntico amor, el Himno a Toledo y más tarde a Jaén y a Granada. A su fama hay que añadir su carácter afable y su hombría de bien. 

Es el año 1932 cuando, vacante la plaza de director de la Banda Municipal de Jaén, en reñidísimo Concurso de Méritos, el gran Cebrián la gana por oposición, que dirigió hasta su muerte.

Vivió en la calle Martínez Molina 45 y desde su llegada no perdió el tiempo, pues elaboró un nuevo reglamento para la Banda, diseñó un nuevo uniforme cuya levita distinguiría a los componentes de la Banda e impuso una dura jornada laboral. El concierto de presentación tuvo lugar en la Plaza de Santa María, generando multitud de elogios que fueron recogidos en prensa. Durante su primer año la Banda constaría de 45 músicos y 12 educandos, un repertorio amplio en cantidad y soberbia en cuanto a calidad. Aquel mismo año y siendo aun un desconocido estrenó en el Cervantes durante la feria de San Lucas, y como fin de actos de un certamen literario su Himno a Jaén. Desbancó así el hasta entonces Himno a Jaén de Flor Guerrero. 

Una tarde en el estanco de la Plaza de San Francisco, Vicente González, concejal de cultura del Excmo. Ayuntamiento de Jaén, presenta a Emilio y a Federico de Mendizábal; este último poeta, y en Jaén desde 1926 como funcionario de Hacienda; de este encuentro fortuito nació una amistad que ellos se encargaron de seguir cultivando día a día, de hecho son muchísimas las composiciones que tienen como denominador común: música de Emilio Cebrián, letra de Federico de Mendizábal.

Llegando la fecha de la Feria de San Lucas se anuncia un excelente programa de festejos, dentro del cual se engloba la denominada "Fiesta de la Belleza" en honor de la mujer de Jaén. El 6 de octubre de 1932, domingo, cuando hubo terminado el concierto dominical que interpretaba nuestra Banda Municipal en la Plaza de Santa María, se juntaron nuestros dos amigos en un paseo por la calle Maestra, que era por aquellas épocas el centro de los encuentros de nuestra sociedad jaenera, y en la conversación que fueron fraguando un canto para ensalzar a la mujer jaenera, la belleza de sus paisajes... en definitiva un Canto a Jaén, pues se pusieron raudos y veloces manos a la obra, en la casa de Emilio Cebrián, que vivía en la calle Martínez Molina muy cerca de la calle Maestra, y mientras el músico sentado delante del piano le fluían de entre los dedos la melodía, el poeta iba ajustando una letra a los compases hasta llegar a tener terminada una obra de entrañable valor para los jaeneros. Fueron unas horas de intenso trabajo, recordemos que empezaron el finalizar el concierto de la Banda Municipal, es decir, al mediodía, y terminaron sobre las 4,30 horas de la tarde, en un principio le pusieron como título Canto a Jaén.

Días más tarde, el 19 de octubre de 1932, estrenaba la Banda Municipal durante un concierto en el Teatro Cervantes (hoy desaparecido) esta composición y fue tan grande la aceptación por parte del público que tuvieron que repetirla allí mismo cuatro veces y al final en multitudinaria manifestación que llevó en hombros a nuestros dos ilustres personajes hasta la Plaza Santa María, hubo que repetirlo una vez más. Tres días después, el 22 de octubre de 1932, con motivo de un acto musical celebrado en la Plaza de Toros, en el que intervinieron los coros y rondallas de la Sociedad de Amigos del Arte, la Banda Municipal de Jaén y la Coral Tuccitana de Martos, bajo la dirección de Manuel Escabias, volvió a interpretarse. Y ahora, con tan profuso refuerzo de músicos y voces el Canto a Jaén causó tal impacto, que de nuevo se hizo obligada la repetición que tuvo lugar aquella misma noche, en un concierto ofrecido en la Plaza de Santa María. Vista la aceptación popular del Canto, el 24 de octubre de 1932 el Ayuntamiento, al que se le había ofrecido la partitura, la aceptó. Se editó un cuaderno con la partitura, por la casa Ordorika, de Bilbao y se grabó en disco por la Masa Coral de Madrid. Y por acuerdo corporativo municipal de 31 de Mayo de 1935, se elevó a la categoría de "Himno Oficial" de la ciudad. Hoy su partitura original se guarda en lugar de honor del Palacio Municipal. El Himno a Jaén se hizo obra obligada en los acontecimientos y solemnidades de la ciudad. La inclusión de sus notas como contrapunto de la parte final de la popular marcha Nuestro Padre Jesús estrenada en 1935, contribuyó aún más a su divulgación. Desgraciadamente, una serie de acontecimientos encadenados fueron apagando sus ecos, la marcha de Federico de Mendizábal de Jaén por motivos profesionales en 1935, la inesperada y trágica muerte del maestro Emilio Cebrián en 1943, fueron motivaciones que no contribuyeron precisamente a la mayor difusión del Himno a Jaén. A lo largo de los años cuarenta y cincuenta, sólo se podía escuchar a través de las emisiones de Radio Jaén, que lo utilizó frecuentemente como sintonía, o en la música ambiental del Concurso Hípico, donde era pieza obligada. Pero era una audición desvaída, típica de aquellos discos de pizarra, en los que los ruidos se sobreponían a los sonidos. Las agrupaciones de Coros y Danzas también lo solían cantar. Pero la verdad es que no había conciencia colectiva de su significación. Así llegó a nuestros días. Una intensa campaña de divulgación propiciada por la Asociación Lola Torres, una excelente versión para coro, arreglada por el maestro José Sapena Matarredona (1908-1987) para el Orfeón Santo Reino y su continua interpretación por la Banda Municipal, han devuelto a la ciudad el orgullo de contar con un Himno excepcional.

Al Canto a Jaén le sucedió el pasodoble Ragón Falez, con letra también de Federico de Mendizábal. 

En 1935 llenó el vacío que ocupaban las marchas fúnebres que acompañaban a Nuestro Padre Jesús de los Descalzos estrenando en Marzo, durante el concierto de los domingos de la Plaza de Santa María su, El Abuelo. El Viernes Santo de 1934, durante el trascurso de la procesión, el maestro Emilio Cebrián Ruiz abandonó momentáneamente su condición de director de la Banda Municipal para portar el paso de Nuestro Padre Jesús desde el Cantón de la Ropa Vieja al Campillejo de Santiago. Al salir de los faldones del paso, notablemente emocionado por la experiencia vivida con la imagen a cuestas de Nuestro Padre Jesús Nazareno, se abrazó al fabricano Antonio Delgado y le aseguró que trasladaría lo vivido a una marcha procesional. Así, el maestro Emilio Cebrián Ruiz comenzó a componer la marcha dedicada a Nuestro Padre Jesús. La expectación que se creó en la ciudad entorno a la creación se acrecentó cuando la Banda Municipal comenzó a ensayar su interpretación siendo del agrado del pueblo de Jaén desde estos primeros ensayos.

Posteriormente, para dejar constancia de la ligazón de la marcha con la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la ciudad de Jaén el maestro Emilio Cebrián Ruiz decidió incorporar algunas estrofas del Himno a Jaén que él mismo había compuesto tomando como base la letra del Canto a Jaén escrito por Federico Mendizábal en 1932.

Al existir una disposición legal que impedía la inscripción el registro de la propiedad de una marcha con advocación específicamente religiosa –o sea, no estaba permitido por la república titular obras con nombres religiosos-, en principio se registró con el nombre de El Abuelo. Marcha fúnebre. Posteriormente el maestro Emilio Cebrián Ruiz cambiaría su denominación por la actual “Nuestro Padre Jesús Nazareno. Marcha de procesión”. Como diría de él Melchor Cobo Medina, alcalde de Jaén en 1935, enseguida se adaptó al ambiente popular de la ciudad que hizo suya. 

En la semana santa de 1935 siendo arriesgado significarse retratando imágenes fue inmortalizado, en lugar del Cristo de la Expiración al que acompañaba. En octubre de 1938 para evitar la movilización de su reemplazo, que se produjo al mes siguiente y aconsejado por falangistas, aceptó el cargo de Director de la Banda del IX Cuerpo de Ejército. Formada por miembros de diversas ideologías y sin comisario político, a pesar de ello finalizada la guerra fue denunciado por los propios músicos de su banda municipal. El proceso sumarísimo fue sobreseído en 1941. 

Comenta su viuda Valentina Ruiz: "Habíamos ido a Sevilla por conocer su famosa Semana Santa y al ver llegar el "paso" de la Virgen de la Esperanza, talla tan hermosa y celebrada por los sevillanos, la prometió mirándola extasiado: ¡Al año que viene te traeré una marcha! ... y así es como nació La Macarena (1943), una de sus preciosas marchas de procesión... "

Tras el período de Guerra Civil en España, continúa su labor creativa con otras composiciones: Churumbelerías, Himno a Granada, Una noche en Granada, etc.

Por aquellas fechas fue también nombrado transcriptor de la revista musical Música Moderna y "es entonces -nos explica su hermano Francisco- cuando comienza a acelerar su labor de compositor ágil y alegre, inspirado siempre en sus temas, los que de continuo son interpretados por todas las bandas de música habidas y por haber".

En Jaén empiezan a conocerle y admirarle. Organiza pronto un buen orfeón y al poco tiempo regresa a Toledo donde tiene la satisfacción de ofrecer un gran recital de canto y banda que fue muy celebrado por sus paisanos.

Transcribir música no es tarea fácil. En el libro sobre banda, de Franco Ribate, profesor de armonía y director de la Banda Municipal de Bilbao, editado que fue en 1943 (el mismo año del fallecimiento de Emilio Cebrián), comenta ampliamente sobre el hecho de que las bandas de música, por carecer de literatura propia, precisan concienzudas transcripciones de las obras orquestales con el fin de no ver limitado su repertorio a obras de menor valía, como pasodobles y bailables. Para hacer dichas transcripciones es imprescindible conocer bien la orquesta y las posibilidades de todos los instrumentos propios de banda que son especialmente los de viento y percusión, aunque algunas grandes bandas hayan utilizado contrabajos y violoncellos, como la Municipal de Madrid. Algunos instrumentos son lo mismo para orquesta que para banda, pero no la mayoría de ellos y hace falta buen acierto y sentido artístico para lograr efectos parecidos en las transcripciones. En las óperas y zarzuelas también las partes para voces se pueden transcribir, aunque cualquier fallo técnico puede llegar a desequilibrar el efecto armónico de la partitura tratada. La tonalidad también necesita variaciones a veces, ya que no todos los instrumentos son capaces, por su naturaleza, de emitir tonalidades difíciles -o de muchas alteraciones- como los violines, por ejemplo, lo son. "La sonoridad de la banda -explica Franco Ribete en su Manual- es por naturaleza más gruesa y potente que la de la orquesta porque está destinada a actuar al aire libre y todos sus efectos deben resultar más llenos, reforzados y nutridos que en la propia orquesta". Es importante, pues, el trabajo de transcriptor para hacer posible la interpretación en bandas de todo el arsenal de obras maestras a que los grandes genios de la música dedicaron su esfuerzo y su arte.

En 1942 imparte clases de música en el colegio internado provincial de Santo Domingo, antiguo Hospicio de Hombres. 

A consecuencia de un accidente murió en Liria (Valencia) en 1943. Cebrián se dirigía a dicha ciudad, donde iba a reunirse con su hermano Francisco, director de la Banda Primitiva que daba ese día un concierto. El repertorio iba a ser dirigido entre los dos hermanos, pero debido a la lluvia, el concierto se tuvo que trasladar a un lugar cubierto. Poco antes del concierto, Emilio se asomó a un balcón que no estaba provisto de barrotes, y se cayó. El fatal impacto acabó con su vida.

Acababa de ser nombrado director de la banda de música de Madrid. Tras el fallecimiento de Emilio Cebrián se hace cargo de la Banda de Jaén de forma interina su subdirector, Tomás Fernández Parras. Esta interinidad dura hasta finales del año 1.944, fecha en que toma posesión un nuevo director.

En 1953 se inaugura el conservatorio de ‪Jaén y Flor Guerrero imparte la asignatura de canto. Una placa conmemora hoy día la casa donde Emilio Cebrián vivió en Jaén.

En Jaén, como en Granada, tuvo lugar el mismo año 1978 una gran semana de actos en homenaje al maestro, "Director de la Banda Municipal y autor de la música del Himno a Jaén", cuya letra corrió a cargo del poeta Mendizábal. También en esta gran semana intervino su hermano Francisco y el pasodoble Churumbelerías fue interpretado magistralmente por el conocido Grupo de Danzas de la Asociación Provincial Lola Torres, cuya coreografía corrió a cargo de Pilar Siulia de Miguel.

Calle Maestro Cebrián: Distrito Este - Barrio Lomo del Royo

Enlaces en la Red:

4.http://blogs.grupojoly.com/humilladero/2013/07/30/emilio-cebrian-ruiz-algo-mas-que-macarena “Emilio Cebrián Ruíz algo más que Macarena” Manuel José Ruíz Leal
9. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4417129.pdf “La música en la Diputación Provincial de Jaén” Pedro Jiménez Cavallé
10.    http://www.aytojaen.es/portal/RecursosWeb/DOCUMENTOS/1/0_908_1.pdf “Breve historia del “Canto a Jaén” (Himno a Jaén)”
11.   https://es.wikipedia.org/wiki/Nuestro_Padre_Jes%C3%BAs_(marcha_procesional) “Marcha procesional: Nuestro Padre Jesús”

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