Marcelino Menéndez Pelayo (1856 - 1912)




MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO (Santander, 3 de noviembre de 1856 - Santander, 19 de mayo de 1912)
Erudito, polígrafo, historiador, crítico literario, escritor.


Hijo de Marcelino Menéndez Pintado, catedrático de Matemáticas del instituto de Santander y alcalde de la ciudad durante el bienio progresista, y de María Jesús Pelayo España. Tiene tres hermanos: Enrique, Jesusa y Agustín. Obtuvo Premio Extraordinario en todas las asignaturas del bachillerato excepto en Geometría, a cuya mención no optó por estar su padre en el tribunal.

Estudia Letras en la Universidad de Barcelona, porque allí hay un profesor, amigo personal, el doctor Luanco, que cuando se traslada a la Universidad Central de Madrid en 1873, Menéndez Pelayo lo sigue. En Cataluña su formación se había beneficiado enormemente del magisterio del medievalista Milá i Fontanals, según reconoció en la breve Semblanza que dedicó a este maestro en 1908.

En la Universidad de Madrid se produce enseguida un encontronazo con el krausista Salmerón, catedrático de Metafísica, quien había anunciado que suspendería a todos los alumnos. Para evitar examinarse con Salmerón, se presenta en septiembre de 1874 ante un tribunal de la Universidad de Valladolid del que formaba parte Gumersindo Laverde, quien, desde ese momento ejerce una influencia decisiva sobre el antiguo examinando a través de una amistad entretejida entre ellos.

Su labor investigadora comienza de inmediato. En el curso 1873-1874 se dedica a acopiar materiales para una Biblioteca de Traductores Españoles y, tras doctorarse en 1875 con una tesis titulada La novela entre los latinos, se empeña en un proyecto de Estudios sobre escritores montañeses y un plan para la edición de los filósofos españoles, volumen que echaba en falta en la Biblioteca de Autores Españoles, de Rivadeneyra.

Como no tenía aún la edad para presentarse a oposiciones, solicita y consigue diversas pensiones para realizar viajes de estudio al extranjero con fondos del ayuntamiento de Santander (1875), la Diputación montañesa (1876) y el Ministerio de Instrucción Pública (1877). Así, en 1876 recorre diversas bibliotecas de Portugal e Italia y en 1877 las de Roma, Nápoles, Florencia, Bolonia, Venecia, Milán, París, Bruselas, Amberes y Ámsterdam. Con excepción de otra visita que realiza a Portugal en 1883, éstas fueron sus únicas salidas al extranjero, aunque durante toda su vida estuvo en contacto con una verdadera pléyade de intelectuales de todo el mundo.

En 1871 había iniciado Menéndez Pelayo una producción poética de la que se aparta definitivamente a los treinta años. En 1878 publica su primer libro, Estudios poéticos. Con la misma distribución publicó en 1883, con prólogo de Valera, un segundo tomo de poesías originales (1876-1883) y traducciones (1874-1875).

Su producción académica, inmensa, arranca a la par. Antes de su primer viaje había publicado ya en la Revista Europea sus cartas a Laverde en las que defendía la existencia de una ciencia española, en contra de Azcárate, que la negaba y explicaba tal lacra por la influencia de la Inquisición y la Monarquía, tesis recopiladas en el libro La Ciencia Española, que recoge los diferentes escritos a los que dio lugar esta contienda ideológica y erudita.
En 1876 entrega el original de un estudio sobre Horacio en España, que contiene una rica colección de materiales que ilustra la constante presencia del autor latino a través de la historia de la lírica española.

Menéndez Pelayo obtiene en 1878 la Cátedra de Historia de la Literatura en la Universidad Central, en la que sucede a José Amador de los Ríos, con veintiún años. A partir de ese momento, su actividad como historiador y crítico de la literatura estuvo dirigida sobre todo hacia la redacción de un manual de cátedra que abarcaba toda la literatura en español y toda la literatura que se había producido en España, en cualquier lengua, empezando por el latín de Hispania e incluyendo las más diversas cuestiones del contexto histórico y cultural.

A partir de aquí, cargos académicos, reconocimientos, honores y publicaciones se sucedieron sin interrupción.

En 1880 es elegido académico de la Real Academia Española; en 1881 publica los tomos I y II de la Historia de los heterodoxos españoles. De 1881 son también las conferencias pronunciadas en la Unión Católica que dieron lugar al folleto Calderón y su teatro. En 1882, a propuesta de Cánovas del Castillo, el marqués de Molins y Vicente Barrantes, es nombrado académico de la Historia y termina el tercer tomo de los Heterodoxos, volumen polémico por abordar en él a sus contemporáneos.

Empezando a cumplir con el proyecto totalizador contenido en su programa de cátedra, en 1883 publica el primer tomo de la Historia de las ideas estéticas en España al que siguieron otros cuatro (1884, 1886, 1888-1889 y 1891). Constituyen en conjunto la primera gran aportación a la historia de la retórica y la poética españolas.

En 1887 edita las obras de Milá i Fontanals y en 1888 acepta el encargo de la Real Academia Española de componer la Antología de poetas líricos castellanos, desde la formación del idioma hasta nuestros días, en que abordaba el estudio de la lírica peninsular desde los orígenes, ilustrándolo con los textos más representativos. Fue publicada en trece tomos por la editorial Hernando.

Sigue una serie continua de encargos y nombramientos: en 1889 es nombrado bibliotecario de la Real Academia de la Historia, recibe el encargo de la Real Academia Española de dirigir una edición completa de las obras de Lope de Vega y se le elige académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas; en 1893 se encarga también de la Antología de poetas hispanoamericanos; en 1898, a la muerte de Tamayo y Baus, ocupa la vacante de director de la Biblioteca Nacional y se pone al frente de la Revista de Archivos; en 1901 ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y, en 1905, cominza a preparar los Orígenes de la novela y la edición de sus Obras completas.

Como resultado del encargo de publicar las obras completas del Fénix de los Ingenios, Menéndez Pelayo confecciona trece volúmenes del Teatro de Lope de Vega. En 1906, al no haber sido recompensado con la dirección de la Real Academia Española, abandona el proyecto y sólo publica dos tomos más, que ya estaban preparados cuando el incidente, pero ahora sin los prólogos. Aunque el proyecto quedó inacabado, publicó cerca de doscientas comedias y medio centenar de autos.
En cuanto a la Antología de poetas hispanoamericanos, la Real Academia Española publica entre 1893 y 1895 sus cuatro volúmenes que contienen los textos antologados, precedidos de un estudio preliminar de Menéndez Pelayo. Los prólogos sin antología fueron publicados en 1911 con el título de Historia de la poesía hispanoamericana.

El director de la Real Academia de la Historia, el marqués de la Vega de Armijo falleció el 12 de junio de 1908 y el 4 de febrero de 1910 Menéndez Pelayo toma de posesión en la que se leyó la carta de felicitación del rey Alfonso XIII.

Menéndez Pelayo ha conseguido muy jóven todos los honores y se adentra en la cincuentena con una cierta sensación de hastío y piensa en pedir la jubilación y volver definitivamente a Santander para dedicarse a las investigaciones eruditas para las cuales había reunido ingentes cantidades de material en su biblioteca.

Los sinsabores de la vida académica, entre los que se cuenta la derrota de la candidatura para la Real Academia de la Historia de Ramón Menéndez Pidal, que competía con el general Polavieja, le empujaron también en esa dirección. Se sentía enfermo y tenía pendientes grandes proyectos. Por el momento, fue haciendo más frecuentes sus estancias en la ciudad cántabra y allí murió sin haber cumplido los cincuenta y seis años de edad.

Cabe recordar que en 1878, mientras trabaja en los fondos de la Biblioteca Colombina de Sevilla, entabla noviazgo, que dura sólo unos meses, con su prima Conchita Pintado, a la que dedica los mismos versos que había escrito para Isabel, su amor de adolescente en Santander. Algunos lances galantes se registraron también en sus primeros años madrileños de joven triunfador. Y poco más. Incluso en el aspecto político, apenas tuvo algún compromiso real, aunque puso su prestigio al servicio del Partido Conservador que encabezaba Cánovas del Castillo, y fue diputado por Mallorca en 1884 y por Zaragoza en 1891, así como senador por la Universidad de Oviedo en las legislaturas de 1893 y 1895 y, en representación de la Real Academia Española, desde 1899 hasta su muerte.

No existe propiamente un manifiesto teórico ni historiográfico de Menéndez Pelayo. Sin embargo, está presupuesto a lo largo y lo ancho de toda su obra. En la Historia de las ideas estéticas reconoce la primacía de la forma en la definición del arte sin descuidar la dimensión histórica y social.

Calle Menéndez y Pelayo: Distrito Este - Barrio Egido de Belén

Enlaces en la Red:

2.       http://dbe.rah.es/biografias/12644/marcelino-menendez-pelayo “Miguel Ángel Garrido Gallardo”

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