Antonio Flórez Urdapilleta (1877 - 1944)
ANTONIO FLÓREZ URDAPILLETA (Vigo - Pontevedra-, 29 de noviembre de 1877 - Madrid, 27 de octubre de 1944)
Arquitecto
Hijo del arquitecto Justino Flórez Llamas y de la guipuzcoana Daría Urdapilleta Lasa,
Antonio nació en Vigo durante la etapa en que su padre ocupó la plaza de
arquitecto municipal interino de aquella ciudad (1876-1880). Criado en un
ambiente liberal, en 1882 la familia se trasladó primero a Burgos, donde su
padre había obtenido la plaza de arquitecto municipal, y al año siguiente a
Jaén, localidad en la que desempeñó los cargos de arquitecto provincial y
diocesano hasta su fallecimiento. Sin embargo, la educación de Antonio
transcurrió en Madrid, al ingresar en 1886 en el centro de la Institución Libre
de Enseñanza, de la que su tío, el jurista Germán Flórez, había sido miembro
fundador. Durante sus estudios de bachillerato tuvo como maestro en el ámbito
artístico a Manuel Bartolomé Cossío, pero también a arquitectos como Ricardo
Velázquez Bosco, Carlos Velasco o Román Loredo. En 1894 comenzó los estudios de
arquitectura, superando primero los cuatro años preparatorios, que incluían
materias de dibujo, copia de estatuas, detalles arquitectónicos y modelado,
para, desde 1898, cursar la carrera propiamente dicha, que remató el 28 de
enero de 1904 al obtener su título de arquitecto con un proyecto para una
Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Una vez titulado, ganó por oposición una
plaza de pensionado en la Academia de España en Roma, ciudad en la que
permaneció cuatro años. Completa su formación academicista y ecléctica con un
conocimiento directo de los modelos antiguos, a través de sus viajes por Italia
y Grecia, pero también de la moderna arquitectura centroeuropea, en especial la
austríaca con motivo de un viaje a Viena realizado en 1907, en el que llegó a
trabajar en el estudio del influyente arquitecto Otto Wagner.
Igualmente fue durante esta estancia
cuando pudo mejorar su práctica del dibujo y madurar su sensibilidad artística
gracias al contacto con los pintores y escultores pensionados, como José Capuz,
Ortiz Echagüe o Francisco Lloréns, frecuentando las reuniones que organizaba en
su estudio el pintor jerezano José Gallegos Arnosa, con cuya hija Consuelo
acabó contrayendo matrimonio en 1909.
En este mismo año 1909 retornó a Madrid,
colaborando con Antonio Palacios en las obras del Palacio de Comunicaciones que
se estaba construyendo desde 1904.
En 1909 se incorporó como docente en la
Escuela de Arquitectura, al obtener una plaza de profesor auxiliar de Dibujo y
Enseñanzas Artísticas. Aprovechando su vinculación con el prestigioso Antonio
Palacios, en 1912 fue nombrado vicepresidente de la Sociedad Central de
Arquitectos, dado que su mentor ostentaba por entonces la presidencia. Ese
mismo año ganó la cátedra de Historia de la Arquitectura y Dibujo de Conjunto
de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, si bien nunca llegó a trasladarse
allí.
En 1915 se adjudicó la plaza de profesor numerario de la asignatura de Copia de Elementos Ornamentales en la Escuela de Madrid.
En adelante simultaneó esta actividad docente con su trabajo al frente de la Oficina Técnica de Construcciones Escolares, un cargo que le permitió concretar su principal aportación a la arquitectura española de los años veinte gracias a sus inconfundibles soluciones para la arquitectura escolar.
En 1911 ganó el concurso
para la construcción de las Escuelas Froebel de Pontevedra.
En 1913 proyectó la
nueva sede de la Residencia de Estudiantes, dependiente de la Junta para
Ampliación de Estudios, en la madrileña calle del Pinar. En 1915 terminó de
construir los pabellones Gemelos, destinados a dormitorios de residentes, y el
pabellón de laboratorios o Transatlántico. Su trabajo en la Residencia fue
continuado por el arquitecto Francisco Javier Luque, autor de los pabellones
Central y Quinto, además de la casa del director del centro, el pedagogo
institucionista Alberto Jiménez Fraud.
Como miembro del
Patronato de la Reina Victoria Eugenia construyó los grupos escolares Cervantes
y Príncipe de Asturias en Madrid. A la muerte de Francisco Giner de los Ríos
proyectó y construyó el Panteón de la Institución Libre de Enseñanza en el
Cementerio Civil de Madrid.
En 1919 fue nombrado
consejero de Instrucción Pública y en
1920 arquitecto jefe de la recién creada Oficina Técnica de Construcciones
Escolares del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, donde realizó
una extraordinaria y fecunda labor en el ámbito de la arquitectura escolar que
se vio truncada por la guerra civil.
Fue “el arquitecto de
colegios” proyecta los edificios de manera que las aulas reciban la luz
solar procedente del norte y las galerías la luz del sur. Los materiales de
construcción fueron los típicos en las construcciones económicas: ladrillo para
los muros, madera y teja para las cubiertas, hierro para los dinteles y piedra
de granito para los zócalos y repisas de las ventanas.
Ejecutaba sus trabajos
en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid dentro del plan estatal que
diseñó la construcción de seis grupos escolares de nueva planta: Menéndez
Pelayo, Joaquín Costa, Concepción Arenal, Pérez Galdós y Pardo Bazán, de
similares características entre ellos.
Paralelamente, otro de sus principales
campos de acción se centró en la conservación y restauración del patrimonio. Ya
en 1910 había sido nombrado arquitecto auxiliar de la Junta Facultativa de
Construcciones Civiles de la Dirección General de Bellas Artes, de la que
llegaría con el tiempo a ser vocal nato, implicándose en trabajos de
conservación de monumentos como la colegiata de Santillana, el ayuntamiento de
Baeza o el hospital de Santiago de Úbeda. Demostró su sensibilidad hacia la
arquitectura del pasado en la construcción del edificio principal del Museo
Provincial de Jaén, donde incorporó las portadas renacentistas del pósito y de
la antigua iglesia de San Miguel.
También ejerció entre 1915 y 1932 como
arquitecto conservador del Teatro Real de Madrid.
Por otra parte, desde
1923 hasta 1939 se hizo cargo de la conservación de la Mezquita de Córdoba,
sustituyendo a su maestro Velázquez Bosco e iniciando unas intervenciones que
de nuevo dieron prioridad a las obras más urgentes de limpieza y reparación,
sin caer en la tentación de acometer reconstrucciones y restauraciones
estéticas, con lo que se adelantó a las ideas conservacionistas que más tarde
desarrollaría su discípulo Leopoldo Torres Balbás.
En medio de estas variadas actividades, en
1919 fue nombrado por Alfonso XIII comendador de número de la Orden Civil de
Alfonso XII, distinción que unió a su condición de gran oficial de la Orden de
la Corona de Italia. Miembro de los patronatos del Museo de Arte Moderno y del
Museo Sorolla, artista con quien mantuvo una estrecha amistad, fue también
vicepresidente del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Ya en su madurez profesional, en 1930 fue
elegido académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando, coincidiendo con el concurso que ganó para el monumento a la reina
María Cristina, en colaboración con su amigo de la etapa en Roma el escultor
José Capuz. Sin embargo, hasta el 13 de marzo de 1932 no se produjo su ingreso
en la Academia, donde cubrió la vacante de su antiguo profesor Manuel Aníbal
Álvarez, con un discurso que versó sobre el tema de la formación del
arquitecto, defendiendo una educación de carácter artístico, pero también una
formación técnica y social, adaptada al ambiente en el que se desarrollaba la
arquitectura.
El estallido de la Guerra Civil le
sorprendió en Madrid, sufriendo en el mismo año 1936 una hemiplejia que le dejó
en un estado de salud precario. Además, su doble actividad como docente en la
Escuela de Arquitectura y director de la Oficina de Construcciones Escolares se
vio interrumpida en 1937 al ser destituido por el gobierno de la República por
considerarlo desafecto, dado que por su talante moderado estaba lejos de las
posturas políticas más radicales. Estas dificultades profesionales y personales
coincidieron con su traslado a San Sebastián, ciudad que le sirvió para pasar
la convalecencia de su enfermedad hasta el final de la guerra. Una vez
terminada la contienda fue expedientado y sometido a depuración, recuperando su
cátedra en la Escuela de Madrid gracias a la intercesión del director Modesto
López Otero. En la capital del Estado falleció el 27 de octubre de 1941,
cumpliéndose su voluntad de ser enterrado en el panteón familiar que, a la
muerte de su padre, había diseñado en el cementerio de Jaén.
En
cuanto a la huella en Jaén de Antonio Flórez Urdapilleta
que como sabemos ejerció como jefe de la Oficina
Técnica de Construcción de
Escuelas por el Estado entre 1920 y 1925, promoviendo algunas
soluciones estructurales de indudable futuro, como la apertura de los patios de recreo y su
disposición centrífuga entre crujías abiertas. Así se aplica en dos obras de Luis Berges Martínez:
El colegio público Jesús María, del parque de la Alameda y en la Escuela de Maestría Industrial (1931), actual I. E. S. San Juan Bosco, aunque aquí las sucesivas ampliaciones la han desfigurado. Este sistema va a ser adoptado por las
nuevas fundaciones religiosas de la
posguerra, como el colegio
de Madres Carmelitas (1946) o el colegio de los Hermanos Maristas (1955), siendo acompañado de una importante renovación estructural de la iglesia en el caso del colegio Cristo Rey (1968). También se sigue en la Escuela de Arte José Nogué (1965), aunque aquí los espacios abiertos se ubican delante de la fachada.
Otra huella la encontramos en el Balneario
de Jabalcuz que se sitúa a los pies del cerro de Jabalcuz, rodeado de una vegetación
frondosa y abundantes manantiales de aguas termales que brotan a 30º de
temperatura, constituyendo un tradicional lugar de veraneo próximo a Jaén. El edificio
termal está datado en 1886, cuando el Ayuntamiento vende la propiedad y
privatiza el servicio. Es una construcción de muros de mampostería enfoscada
con ordenación regular de huecos y simplicidad ornamental. Se complementaba con
una ermita y la abacería. Fue reformado dentro de un ambicioso programa de
ampliación del balneario, promovido por José del Prado y Palacio y proyectado
por Antonio Flórez Urdapilleta en 1922. Del mismo quedan algunos edificios como
la casa de los marqueses de Blanco Hermoso o el que fuera restaurante, bar, casino
y teatro, al otro lado de la carretera, con amplios ventanales en forma de arco
de medio punto, cubierta a cuatro aguas y sobriedad decorativa, elementos representativos
del quehacer del arquitecto. Los jardines que lo rodean fueron proyectados por el
célebre jardinero-arquitecto Cecilio Rodríguez.
También el Museo Provincial, promovido en
1920 por el entonces ministro de Instrucción Pública, el político jiennense
José del Prado y Palacio, fue encargado a Antonio Flórez Urdapilleta. El
resultado es un edificio regionalista y exento, elevado en una plataforma
horizontal sobre el paseo de la Estación, a la que se accede por dos amplios
tramos de escalera. Tiene cuatro torreones en las esquinas y en su puerta
principal se colocó la portada renacentista del antiguo pósito de labradores,
atribuida a Francisco del Castillo. El conjunto está ejecutado en fábrica de
sillería de piedra. La planta se distribuye en torno a un patio, donde se incluyó
la portada de la iglesia de San Miguel, obra de Vandelvira; este espacio se
cubrió posteriormente, en 1989. El edificio está rodeado por un jardín y otras
edificaciones destinadas a sala de exposiciones temporales y administración 1965
por Luis Berges Roldán, rememorando la arquitectura popular jiennense.
Finalmente unas palabras del edificio de
la Diputación Provincial: Obra llevada a cabo en el siglo XIX y cuya finalidad
no era sólo la de albergar la Diputación, sino también el Gobierno Civil,
Hacienda, Correos, Telégrafos y la Audiencia, los cuales se irían desgajando
paulatinamente a lo largo de este siglo. La magnitud de lo edificado se
consiguió, en parte, gracias al solar que quedó libre tras el derribo en 1867
del Convento de San Francisco. El viejo Convento, parece ser, había sido
residencia de Fernando III a raíz de la conquista de la ciudad y donado más
tarde por Pedro I, en 1354, a los claustrales de San Francisco, quienes a su
vez lo transfirieron a los Observantes en 1524, llevando desde entonces el
título de Casa Grande hasta su demolición. El proyecto del Palacio Provincial
se encargó en un principio, a raíz del derribo del Convento, al arquitecto
Manuel Mostaza; pero no siendo del agrado de la Corporación lo edificado, poco
más tarde se le encarga al arquitecto de la Diputación Jorge Porrua y Moreno,
quien presentó su proyecto el 5 de noviembre de 1871, con un presupuesto de
contrata de un millón de pesetas y construyéndose en un plazo de cuatro años, a
partir de su fecha de aprobación (4 de abril de 1875). El edificio adopta la
planta tradicional de palacio italiano. Se compone de dos plantas y sótano para
caballerizas y otras dependencias. Comenzadas las obras en marzo de 1876, se
lleva a cabo al final de la década, la planta de sótanos y el zócalo de la
planta baja. La piedra se extrajo de las canteras de La Imora, Vieja Caldenta y
Jabalcuz. Una serie de problemas surgidos con el contratista, la falta de
recursos y la muerte de Jorge Porrua en 1880, señalan un «impasse» en la
construcción, reanudadas en 1881 bajo la dirección de Ricardo Martes, quien
lleva a cabo la planta baja y parece ser proyecta el patio. El segundo piso es
obra de otro arquitecto, Justino Flores Llamas, quien se hizo cargo de la obra en
1881 por renuncia de Martes y lleva a cabo el Salón de Actos que junto al Salón
de «Retratos» forman un plano noble. Este salón hubo de ser restaurado tras el
incendio que sufrió el palacio el 23 de enero de 1919, restauración que corrió
a cargo del arquitecto Antonio Flores Urdapilleta.
Calle Arquitecto Antonio Flórez Urdapilleta: Distrito Este - Barrio Egido de Belén
Enlaces en la Red:
1. http://dbe.rah.es/biografias/17252/antonio-florez-urdapilleta Jesús Ángel Sánchez García
3. http://www.dipujaen.es/export/sites/default/galerias/galeriaDescargas/diputacion/dipujaen/Sedes/Catalogo_Monumental_._Diputacixn_Provincial.pdf
“Arquitectura de la administración pública. Diputación Provincial”
4. http://www.juntadeandalucia.es/fomentoyvivienda/estaticas/sites/consejeria/areas/arquitectura/fomento/guias_arquitectura/adjuntos_ga/Guia_Jaen.pdf “Jaén.
Guía de Arquitectura”
5. https://urbancidades.wordpress.com/2008/10/07/antonio-florez-urdapilleta-arquitecto-de-colegios/ “Antonio Flórez Urdapilleta, arquitecto
de colegios” Enrique Fidel
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