Alí (964 - 1018)
Ali y su hermano al-Qasim se unieron a los contingentes mercenarios que los Omeyas reclutaban para sus ejércitos en el norte de África durante el mandato del primer ministro Almanzor, destacándose Ali por su valor y coraje.
Tras la muerte de Almanzor en 1002, al-Andalus sufrió una crisis interna y luchas intestinas por el poder, con varios califas omeyas sucediéndose rápidamente. Durante este periodo, Ali fue nombrado gobernador de Ceuta por el califa omeya Sulayman al-Mustain.
Sin embargo, Ali traicionó a Sulayman, preparó un ejército, marchó a Córdoba y lo derrotó, ejecutándolo personalmente el 1 de julio de 1016. Así, Ali ben Hammud se convirtió en el primer califa no omeya de la Península. Su reinado fue breve, pues fue asesinado en 1018 en unos baños árabes en Córdoba, no en Jaén como cuenta la leyenda.
La descripción de su asesinato relata que tres saqaliba (esclavos) conspiraron contra él. Uno de ellos, un atractivo sirviente, lo atacó en los baños, golpeándolo con un pesado cubo de cobre. Ali quedó inconsciente y los conspiradores le cortaron la yugular hasta que murió, luego encerraron su cuerpo en el baño.
Pese a algunas tergiversaciones históricas que sugieren que Ali murió en Jaén, sí tuvo vínculos con esta ciudad. Existe una carta suya en la que se ocupa del pago de los impuestos de la cora o provincia de Jaén, facilitando la recaudación en metálico en lugar de en especie.
Según la leyenda, los baños de la Magdalena, o baños del Niño, conocidos en árabe como Hamman al-Walad, también llevan el nombre de baños de Alí, atribuyéndose su construcción a este rey en 1002, aprovechando los restos de una casa o baño romano. Estos baños funcionaron hasta 1246, cuando Fernando III "el Santo" conquistó la ciudad. Desde el siglo XIV, fueron utilizados para curtir y teñir pieles hasta que, a finales del siglo XVI, Fernando de Torres y Portugal, I Conde de Villardompardo y VII Virrey del Perú, los rellenó de tierra y escombros para construir su palacio sobre ellos. En 1913, fueron descubiertos por Enrique Romero de Torres y su restauración finalizó en 1984.
Comentarios
Publicar un comentario