Mariano Gómez Ulla (1877 - 1945)
Militar perteneciente al
Cuerpo de Sanidad, médico y cirujano.
Cuarto de ocho hijos del matrimonio formado por Ramón Gómez
Fernández, médico, y Dolores Ulla Focillos. Su bisabuela materna era hija del
marqués de Santa Cruz de Rivadulla.
La prematura
muerte de su padre precipitó toda la responsabilidad económica sobre la madre
de familia, sin más medios económicos que una finca en tierras de
Puente-Ledesma, a orillas del río Ulla, por lo que pudo dar estudios universitarios a sus
hijos: Ramón y Mariano cursaron Medicina, y Alejandro, Farmacia.
Mariano Gómez Ulla
comienza sus estudios de Medicina en la Facultad de Fonseca, de la
Universidad de Santiago, en el curso 1892-93 y los termina de forma brillante en 1897. En un ambiente innovador donde la asepsia y la anestesia preparaban el camino a la
cirugía se formó Gómez Ulla.
Avanzado el año 1899,
Gómez Ulla empieza el doctorado a la vez que prepara las oposiciones para el
Cuerpo de Sanidad Militar, siendo éste uno de sus primeros éxitos, al sacar el
número uno e ingresar en la Academia Médica Militar.
El 30 de junio de 1900,
con el empleo de médico 2.º teniente, recibe su primer destino en el hospital
de Zaragoza. Su ascenso a capitán y médico 1.º llega en 1905, a la vez que
ingresa en la Beneficencia Municipal de Madrid.
En este mismo año contrajo
matrimonio con Elisa Salinas y Galindo. Su doctorado lo culmina en 1909, donde
defiende su tesis doctoral titulada La
desinfección en el ejército, calificada con sobresaliente.
En julio de 1909
finaliza la llamada “penetración pacífica” en Marruecos y dio lugar a una serie
de situaciones conflictivas de índole colonial, determinantes para el ejército
español y la sanidad militar. Así, en julio de 1909, se produjeron los primeros
ataques a la Compañía Española de Minas, situada a varios kilómetros de la
ciudad de Melilla. Gómez Ulla, como capitán médico,
marcha a Melilla al frente de la ambulancia montada n.º 1, 1.ª División
expedicionaria mandada por el general Orozco, empezando la formación quirúrgica
y tomando contacto directo en su ejercicio activo e innovador de la medicina de
guerra. Asiste a la ocupación de Tahuima, Nador y Zeluán. Por los importantes
cometidos desempeñados fue personalmente felicitado por el coronel Primo de
Rivera Orbaneja, jefe accidental del Regimiento del Rey, además de serle
concedidas tres Cruces rojas (dos pensionadas) y la Medalla de Marruecos.
A su regreso a la
Península, en 1911, fue destinado al hospital de Madrid-Carabanchel, como
ayudante de clínica. La situación en su nuevo destino era un tanto lamentable
al encontrarse un hospital lleno de enfermos incurables y en completo abandono,
junto a la penuria de medios. Hacen falta grandes dotes de organización y
abastecimiento de medios modernos; también pide a la superiora de las Hijas de
la Caridad su cooperación para la sala de operaciones. Así comienza la
importante impronta desempeñada en el hospital que un día llevará su nombre.
No obstante, la inquietud de Mariano Gómez Ulla por el conocimiento médico más
avanzado le llevó a la realización de una serie de estudios, a lo largo de
1912, en la vanguardia sanitaria europea: París, Berlín y Roma fueron visitadas
con la intención de analizar las últimas técnicas quirúrgicas, especialmente la
cirugía de guerra.
Al regresar de la
comisión por Europa se reintegra al hospital de Carabanchel, pero iniciada la
Primera Guerra Mundial, y a petición del Kaiser al rey de España, Alfonso XIII,
fue destinado a inspeccionar los campos de oficiales alemanes prisioneros en Francia
y posteriormente quedó agregado a una comisión para estudiar la guerra en los
frentes de Francia y Bélgica. En 1917 ascendió a médico mayor, posteriormente
denominado comandante médico, por la Ley de 29 de junio de 1918. Con la
finalización de la Gran Guerra asistió a los actos festivos celebrados en
Francia en 1919, concediéndole la Medalla al Reconocimiento Francés. Al poco
tiempo fue nombrado profesor de Medicina de Guerra en la Academia Médica
Militar.
Una nueva etapa de
desgracias y quebraderos de cabeza tiene reservado el destino a la acción
colonial emprendida por España en Marruecos, al comienzo de los años veinte. A
lo largo del mes de julio de 1921, con el desastre de Annual, se acentúa la
pesadilla de Marruecos. En esos momentos Gómez Ulla se encuentra en Berlín y,
al enterarse del revés sufrido por las tropas españolas, regresa a España y se
incorpora al frente africano. Las primeras actuaciones de evacuación de heridos
consistieron en habilitar barcos hospitales y pequeños grupos de asistencia en
Tahuina, Xauen, Nador, Belgenseni, Gurugú, Larache, Alcázar, etc. Pero el gran
éxito del doctor Gómez Ulla fue la creación de un hospital quirúrgico de
montaña que pudiera instalarse en primera línea. La finalización del conflicto
en Marruecos, a raíz del desembarco de Alhucemas, en 1925, aumenta sus
responsabilidades y éxitos, al serle encomendado el mando de todos los
servicios quirúrgicos y sanitarios.
Fue su decisiva intervención en los
episodios marroquíes de 1909 y de 1921-23, principalmente en el segundo de
ellos, donde inauguró sus desde entonces famosísimos hospitales transportables
a lomo de mulos, luego llamados hospitales Gómez Ulla, que le permitieron la
asistencia inmediata en primera línea, con la cual redujo drásticamente la
morbi-mortalidad de los heridos.
Por las acciones de
guerra del norte de Marruecos se le conceden las Cruces de María Cristina y
del Mérito Militar pensionada.
En abril de 1927
asciende a teniente coronel. La experiencia adquirida en la Primera Guerra
Mundial y en las campañas de Marruecos convierte a Gómez Ulla en una figura
quirúrgica de referencia, practicando toda clase de cirugía, excepto la
cardíaca. El final de la dictadura de Primo de Rivera coincide con una
estancia en Estados Unidos para conocer las técnicas médico-quirúrgicas más
adelantadas de la época.
En 1931 fue nombrado
vicepresidente de la Sociedad de Cirugía de Madrid, alcanzando después la
presidencia de la misma. Los últimos años de la Segunda República Española le
trajeron todo tipo de reconocimientos y condecoraciones; así, en octubre de
1935, el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, a propuesta del
ministro de la Guerra, José María Gil Robles, concede a Gómez Ulla la Gran
Cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco.
El inicio de la Guerra
Civil sorprende a Gómez Ulla en Madrid, donde continúa su labor profesional
como cirujano en el hospital de Carabanchel, hasta que fue destinado al hotel
Palace, donde fueron trasladados los enfermos por razón de seguridad. La
actitud incómoda del cirujano en la zona republicana suscita en él su fuga,
pero en febrero de 1938 fue detenido, procesado y encarcelado. Condenado a
muerte, no fue ejecutado al interceder la Cruz Roja Internacional. Finalmente,
fue canjeado por el médico republicano doctor Bago, médico vasco condenado a
muerte.
Al finalizar la guerra
vuelve a Madrid, siendo ascendido a general y se le nombra jefe de los
Servicios de Cirugía del Ejército. En 1941 fue nombrado jefe de los
Servicios de Sanidad Militar del Ejército Español.
En los últimos meses de
1939 se acordó por unanimidad designarle académico.
En 1942, el ministro de la
Gobernación le ofreció el cargo de presidente del Consejo General de los
Colegios Médicos de España. Entre las muchas iniciativas emprendidas al
servicio de esta institución, destacan dos: mejorar la situación de los médicos
titulares, y dar el mayor apoyo al Patronato de Huérfanos de Médicos.
En 1943 ascendió a
general de división, siendo nombrado inspector general de la Sanidad Militar
Española.
En la Segunda Guerra Mundial reorganiza los servicios médico
quirúrgicos de la División Azul, desplegada en el frente de Rusia.
En octubre del mismo año
pide la excedencia en la Beneficencia Municipal de Madrid. Se le abre expediente para la concesión de la Gran Cruz de San Hermenegildo.
Paralelamente el Dr.
Gómez Ulla ejerce entre 1909-1944, siempre que sus actividades
médico-militares se lo permiten, los cargos de inspector provincial de
Sanidad, en Madrid y Palencia, y el de médico de la Beneficencia Municipal de
Madrid. Tiene también consulta médico-quirúrgica privada, operando a miles de
pacientes, la mayoría gente de la alta sociedad, en diversos sanatorios de
Madrid.
El día 6 de noviembre le
corresponde el pase a la reserva en el Ejército, falleciendo el 24 de
noviembre en Madrid.
El Gobierno de la nación dispuso por Decreto-Ley que el
hospital de Carabanchel, junto al de Tetuán, llevaran su nombre. El 5 de
junio de 1946 el Hospital Militar de Madrid recibe el nombre de Gómez
Ulla, en honor del General-Médico Mariano Gómez Ulla.
Calle Doctor Gómez Ulla: Distrito Este - Barrio Egido de Belén
Enlaces en la Red:
2. http://dbe.rah.es/biografias/10954/mariano-gomez-ulla Javier Ramiro de la Mata
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